Todo comienza cuando le descubrieron a mi mujer una
grave enfermedad, que nos imposibilitaba volver a ser padres. Aquella noticia
nos cayó como una losa, pero lo importante era la salud de Alicia. Por suerte
todo fue bien y se solucionó pronto. Con el tiempo, sentimos la necesidad que
nuestra familia creciera y barajamos la
posibilidad de adoptar. Nos informamos en Servicios sociales, internet, ECAI…
vimos que era un proceso dilatado y
complicado. Así que desistimos.
Pero la vida ofrece segundas oportunidades y hay
aprovecharlas. Un día leyendo la prensa vi la siguiente noticia: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/06/actualidad/1341598370_133479.html
No se nos había ocurrido recurrir a un vientre de alquiler,
es poco conocido en España y lo poco que solemos saber es que los suelen hacer los
famosos en EEUU, es caro e inaccesible a la gente de a pie. Pero esa noticia
despertó nuestra curiosidad por el tema.